El VIH se transmite a través de fluidos corporales

Por contacto sexual sin protección, vía sanguínea y vía perinatal o vertical.


El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se trasmite a través de fluidos corporales de una persona con VIH a una persona negativa, principalmente por medio de relaciones sexuales sin protección (sin uso de preservativos) o por compartir equipo de inyección de drogas o agujas con una persona seropositiva.

Esto es, a través de la sangre, el semen y líquido pre-seminal, mediante secreción rectal y secreción vaginal, y por leche materna infectada con el virus.

La Dra. Tania Samudio, titular del Programa Nacional de Control del Sida/ITS (PRONASIDA), explica que la transmisión del VIH se concreta si estos fluidos entran en contacto con una membrana mucosa o tejido lesionado, o si son inyectados directamente en la corriente sanguínea (de una aguja o jeringa). Las membranas mucosas se encuentran dentro del recto, la vagina, el pene y la boca.

¿Cómo reducir el riesgo de contraer el VIH?

Hágase la prueba y conozca el estado serológico relacionado con el VIH de su pareja. Hable con su pareja sobre la prueba del VIH y de la importancia de hacerse en forma anual. El diagnostico precoz ayuda a iniciar tempranamente la terapia antirretroviral.

Use condones o preservativos cada vez que tenga relaciones sexuales. El VIH se propaga principalmente por tener sexo anal o vaginal sin protección.

Hágase las pruebas y los tratamientos para las enfermedades de transmisión sexual. Insista para que su pareja se haga las pruebas y reciban tratamiento, si es necesario. Tener una ITS puede incrementar su riesgo de infección por el VIH.

No se inyecte drogas, pero si lo hace, utilice solamente equipo de inyección y agujas nuevas y estériles, y nunca comparta con otras personas.

Limite el número de parejas sexuales. Cuantas más parejas tenga, mayores serán sus probabilidades de tener una pareja con infección por el VIH o con una infección de transmisión sexual (ITS).

Si está embarazada, se recomienda hacer la prueba del VIH. En caso de contar con resultado positivo, iniciar inmediatamente el tratamiento para reducir el riesgo de infección al niño por nacer. El VIH puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, en el parto o a través de la lactancia materna.

Otra manera de prevenir el VIH es a través del estudio de la sangre o productos de sangre a ser transfundida. 

El riesgo de transmisión del VIH y otras infecciones virales como HVB y VHC por sangre es extremadamente pequeño, debido al riguroso análisis que se le hace, la posibilidad de transmisión debido al periodo de ventana serológica, que es el tiempo transcurrido desde el ingreso del virus del organismo hasta que se hace detectable con las pruebas de diagnóstico es variable en el mundo: para el virus del hepatitis B (VHB), van de 1 en 15.000 a 1 en 2.300 000 donaciones de sangre; el virus del hepatitis C (VHC) de 1 en 60.000 a 1 en 2.300.000 donaciones y, el VIH, de 1 en 523.000 a 1 en 8.000.000.

Hasta la fecha, la ciencia transfusional no garantiza la absoluta inmunidad esperada, si bien se contempla la exigencia de una serie de controles y técnicas para reducir el riesgo de infección por la actividad transfusional o la producción de hemoderivados, la transfusión de sangre, de hemocomponentes y hemoderivados constituye una práctica terapéutica no exenta de riesgos y entre ellos el VIH. 

Donantes que omiten información ponen en riesgo a receptores

El donante de sangre debe ser consciente de la implicancia que pudiese tener si no informa acerca de conductas o situaciones de riesgo que haya experimentado; esto podría poner en riesgo la salud de los posibles receptores.

En la actualidad, la causa más frecuente de transmisión del virus se relaciona con el período de ventana serológica por el VHB, VHC y VIH, debido a que los inmunoensayos utilizados para el escrutinio de la sangre no detectan el período inicial de las infecciones agudas.

Es indiscutible que el empleo terapéutico de la sangre conlleva a la exposición del receptor a un peligro que, aunque puede ser reducido en gran medida, no puede ser eliminado.

Cabe resaltar que, todo potencial donante de sangre debe recibir información sobre actividades de alto riesgo para contraer VIH, y de síntomas y signos de la enfermedad, incluyendo la fase aguda de la infección.

Sobre este punto, la Dra. Elsi Vargas, titular del Centro Nacional de Servicios de Sangre (CENSSA), recordó que toda persona que quiera ser donante voluntario de sangre debe estar en buen estado de salud, tener entre 18 a 60 años de edad, contar con un peso a partir de 55 kilos, además, evitar las relaciones sexuales de riesgo y no padecer enfermedades crónicas conocidas como Hepatitis, VIH y no estar en drogadicción.