• Confiesa la enfermera jefe del servicio de Hemo-oncología Pediátrica del INCAN, Lic. Angélica Cabrera, quien en esta nota relata su diario vivir con niños y adolescentes con cáncer.• Asegura que el enfermero tiene que ser fuerte y aprender a trabajar con el dolor de los chicos y también a sobrellevar las despedidas.• “También existen muchos casos exitosos y eso alienta a seguir trabajando”, señala la profesional de salud.
Estar al lado de ninos, ninas y adolescentes que enfrentan el Cancer es el quehacer diario del equipo de enfermeria del Departamento de Hemato-oncologia Pediatrica del Instituto Nacional del Cancer (INCAN).
En dialogo con la Lic. Angelica Cabrera, enfermera-jefe del servicio, nos adentramos al dia a dia de lo que ella misma llama “un trabajo muy delicado”.
La enfermera nos cuenta que desde su origen, este equipo fue conformado por profesionales con verdadera vocacion por la enfermeria oncologico-pediatrica. “Empezamos en el servicio en el ano 2010. Somos once enfermeras y dos enfermeros trabajando en turnos de manana, tarde, noche y fines de semana”, comenta.
Cabrera destaca que es un area donde hay que ponerle corazon.“Tenes que tener mucho carino por los ninos; porque sin amor por el trabajo puede ser muy pesado.Es muy complicado, especialmente cuando los pacientes estan en etapa terminal”.
“Son pacientes que vienen al hospital por anos. El menor de los tratamientos dura un ano y algunos, dos anos. Luego de seguir su tratamiento a veces el paciente tiene una recaida y vuelve al hospital. En ciertos casos tenemos pacientes con quienes estamos en contacto cuatro anos. Le conocemos a toda la familia: la mama, el papa, la abuela, los tios… Se crea un vinculo entre la enfermera, el paciente y los familiares porque uno llega a conocerles a todos.
Los casos mas dificiles, refiere que son esos en los que se conocio al chico cuando estaba bien al comienzo de su tratamiento, pero con el tiempo alcanza su etapa terminal. “…esta es la parte mas dura de la experiencia de la enfermera, porque tiene que trabajar un poco como mama, como psicologa, como amiga de la familia: todo; porque es la enfermera la que esta mayor tiempo con el paciente”, declara la profesional de salud.
Relata que durante el proceso de tratamiento van creando un vinculo con los pequenos pacientes. “Algunos pasan de ser ninos a ser adolescentes manteniendo contacto con nosotros. Conocemos todas sus etapas. Cuando vienen para su control tambien nos enteramos que fue de sus vidas. Algunos hasta se casaron y tienen hijos. Es como que uno se involucra con la vida del chico y eso implica conocer su mundo, su familia. Y realmente tenes que ser fuerte, porque hay algunos que salen adelante pero hay otros que no. De los que fallecen, algunos lo hacen en sus casas, y otros aqui con nosotros, en el hospital”, detallo.
Angelica sostiene que el enfermero tiene que ser fuerte y aprender a trabajar con el dolor de los chicos y tambien a sobrellevar las despedidas. “Uno va viendo en el chico enfermo a un hijo, a un hermano. Es un trabajo muy delicado”, declara la enfermera.
Por otra parte, confiesa que los ninos casi no hablan de la enfermedad:“pareceria que todavia no dimensionan, los adolescentes si, pero tampoco tienen tanta curiosidad; al estar en el hospital se dan cuenta de los que les pasa pero te hablan mas sobre lo que hacen en la casa, en la escuela. Tienen ganas de retomar su vida normal y muchas veces los padres les sobreprotegen porque no quieren por ejemplo que vayan a una fiesta y eso tratamos de informales con los medicos que el tratamiento tiene una etapa nada mas, en que el chico tiene que estar aislado y que despues ayuda a su recuperacion que tenga una vida normal con sus amigos, en su entorno”.
“Tenemos muchos casos exitosos y eso alienta a seguir trabajando. Algunos pacientes vienen muchos despues solo a saludar, a mostrarnos su titulo, fotos de colacion; hay pacientes que ya se casaron”, recuerda con emocion la Lic. Angelica Cabrera.