#DíaDelNiño Los beneficios de la práctica de ejercicios físicos para los niños

Recomiendan que los niños y jóvenes de 5 a 17 años realicen actividad física, deportes, como mínimo 60 minutos diarios.
Para los niños de 2 a 4 años, el tiempo ideal por día es de 90 minutos.
El deporte o la actividad física deben ser practicados como un juego, de forma individual o en grupo.


El ritmo de vida de la población actual hace que, tanto niños como adultos, pasen demasiado tiempo sentados o acostados delante de una pantalla (TV, aparatos celulares, computadoras, juegos electrónicos, etc.) y se pierdan los beneficios de la actividad física regular.

 La Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social recomiendan que niños y jóvenes de 5 a 17 años realicen actividad física, deportes o actividades recreativas como mínimo 60 minutos diarios, que pueden ser en varias sesiones al día, como mínimo de 10 minutos de duración.

En cuanto a niños de 2 a 4 años, el tiempo recomendado por día es de 90 minutos, que pueden ser fraccionados en varias sesiones al día, y del cual los juegos activos y espontáneos son los que ofrecen buenas oportunidades de mantenerse activos y saludables.

El deporte o la actividad física deben ser practicados como un juego, de forma individual o en grupo, interaccionando con los compañeros y de un modo habitual. Si se logra que los niños estén en movimiento, al tiempo que se divierten, les llegan numerosos beneficios como los siguientes:

Los niños aprenden a superar la timidez, y amplían sus mecanismos de relación social, la seguridad y confianza en sí mismos.

En el deporte en grupo, aprenden a adquirir responsabilidades y a cooperar.

La actividad física puede frenar los impulsos excesivos de los niños que aún no saben controlar el exceso de nervios o de energía.

Produce una mejora y un aumento de las posibilidades motoras del niño, movimientos coordinados, psicomotricidad gruesa, que ayudan a una adecuada maduración del sistema neuromuscular y esquelético.

Aumenta las probabilidades de la adopción de estilos de vida saludable, desde la propia práctica del ejercicio regular a una alimentación sana y una adecuada higiene corporal, que previene la obesidad infantil, con alta prevalencia actual.