Ante el cáncer de un niño, la ciencia está subordinada al amor

El equipo del INCAN celebró la vida y la fuerza de sus niños, niñas y adolescentes en el día mundial del cáncer infantil, con una gran fiesta.


""

El amarillo cubrió el auditorio del Instituto Nacional del Cáncer (INCAN) para celebrar la vida de cada niño, niña y adolescente en tratamiento contra el cáncer, porque el 15 de febrero, este hospital público oncológico recordó del Día Mundial del Cáncer. Fue una maratón de testimonios de pacientes, médicos, canciones, bailes, títeres, payasos, teatro, gimnasia, oración, abrazos, palabras, risas y lágrimas… Incontables emociones convergieron en este evento cuidadosamente preparado por un grupo de voluntarios y funcionarios del INCAN.

Unidos para enfrentar al cáncer

El Director del Hospital, Dr. Julio Rolón, dijo a los pacientes, familiares y amigos presentes: “Cuando el cáncer de un niño se instala en la familia toda la realidad se transforma y es la familia unida la que puede enfrentar una situación así”.

Continuó expresando que “es muy difícil obtener un resultado médico, científico positivo al cáncer de un niño si no tenemos la base de contención emocional del paciente. Si el paciente no siente el amor de la familia, de sus amigos, de los médicos, enfermeros y de todo de los funcionarios del hospital, no va a obtener todos los beneficios posibles del tratamiento; sea quimioterapia, radioterapia, cirugía… Esto es algo tan simple a la luz del razonamiento, pero es tan real y tan comprobable, que tenemos que insistir en que el amor del familiar y del ser querido es la base sobre la que se construye el plan de tratamiento. Ni el medicamento más eficiente o tecnológicamente más avanzado va a funcionar si el chico no tiene ganas de vivir. Y las ganas de vivir vienen con sentir ese amor de los que rodean. En el ámbito de la pediatría, cuando nos enteramos de que un niño tiene cáncer, la tristeza que en principio nos invade se convierte inmediatamente en una fuerza que nos hace preocuparnos exageradamente por la salud de ese niño. Cuando nos toca informar a los padres que él chico tiene una enfermedad grave, el mundo de los padres cae. El niño recién descubre que tiene cáncer cuando comienza el tratamiento y algo le duele, o cambia su apariencia. Es ahí donde el amor de los padres, la familia, los amigos, se convierte en un puente entre el sufrimiento del niño que no entiende lo que pasa. Desde que estoy en el INCAN aprendí que la ciencia está subordinada al amor, la ciencia está subordinada a los sentimientos, la ciencia está subordinada a la solidaridad”.

El director del INCAN se comprometió a fortalecer los ámbitos necesarios para que el Departamento alcance el 100% de su funcionalidad en el año 2018, aludiendo especialmente a la suma de los recursos humanos –médicos y de enfermería..

Llamado a reconocer los signos de alarma del cáncer infantil

Hablando como pediatra, el Dr. Julio Rolón recordó a madres y padres que deben estar vigilantes a la salud de sus hijos, pues conocer los signos de alarma de un cáncer infantil puede contribuir a una detección temprana de la enfermedad. Éstos no son síntomas exclusivos de esta patología, sino que pueden señalizar otro tipo de dolencias pediátricas que un médico podrá identificar. Así, Rolón llamó a llevar al pediatra o a un médico de familia a todo niño, niña o adolescente que presente estos signos de alarma: dolor persistente de huesos y abdomen; fiebre sin causa conocida o fiebre que se extiende por más de una semana; crecimiento tumoral o de ganglios; un reflejo blanco en las pupilas; picazón en el cuerpo; lesiones en la piel; cansancio, palidez y anemia; pérdida de peso; sangrado permanente de la nariz; crecimiento rápido del abdomen; infección que no mejora; pérdida de apetito.