Si no responde a ruidos fuertes, no sonríe o no fija la mirada hacia donde le indicas, podría tratarse de ciertas alertas en su desarrollo. Conocer cada una de las señales de alarma que pudieran presentarse desde los primeros meses de vida será crucial para su desarrollo. Si ves alguna, no dudes en acudir a un pediatra.
Durante la primera infancia, el cerebro humano crece más que en ninguna otra etapa de la vida, logrando así el 80% del tamaño adulto en los primeros tres años de vida, y el 90% en los primeros cinco años. En este periodo, se establecen habilidades y destrezas básicas, como por ejemplo el habla y la capacidad de comunicarse y el aprendizaje se realiza con mayor facilidad, más que en ningún otro momento.
Por ello, es necesario que pongas especial atención a una serie de señales de alarma que tu bebé podría presentar desde los primeros meses de vida. A continuación, se citan a varias de ellas hasta los 9 meses de vida.
A los 2 meses
• No responde ante ruidos fuertes.
• No sigue con la vista a las cosas que se mueven.
• No les sonríe a las personas.
• No se lleva la mano a la boca.
• No puede sostener la cabeza en alto cuando empuja el cuerpo hacia arriba estando boca abajo.
A los 4 meses
• No sigue con la vista las cosas que se mueven
• No les sonríe a las personas.
• No puede sostener la cabeza con firmeza.
• No gorjea ni hace sonidos con la boca.
• No se lleva las cosas a la boca.
• No empuja con los pies cuando le apoyan sobre una superficie dura.
• tiene dificultad para mover uno o los dos ojos en todas las direcciones.
A los 6 meses
• No trata de agarrar cosas que están a su alcance.
• No demuestra afecto por quienes le cuidan.
• No reacciona ante los sonidos de su entorno.
• Tiene dificultad para llevarse cosas a la boca.
• No emite sonidos de vocales (a, e, o)
• No Rueda en ninguna dirección para darse vuelta.
• No se ríe ni hace sonidos de placer.
• Se ve rígido y con los músculos tensos.
• Se ve sin fuerza como un muñeco de trapo.
A los 9 meses
• No se apoya en las piernas con ayuda
• No se sostiene con las piernas con apoyo.
• No balbucea (ma-ma, ba-ba, pa-pa)
• No juega a nada que sea por turnos como “me toca a mí, te toca a ti”.
• No responde cuando le llaman por su nombre.
• No parece reconocer a las personas conocidas
• No miras idea dónde se le señala.
• No pasa juguetes de una mano a la otra.
En caso de que notes algunas de estas señales en tu hijo, en algún otro familiar o, incluso, en el bebé de tus vecinos, se recomienda visitar a un pediatra para que evalué el desarrollo del niño y este pueda recibir una intervención oportuna.
Áreas del Desarrollo
Permiten identificar si el desarrollo de un niño es adecuado o no en todas las áreas o algunas específicamente. Su identificación, en conjunto con el conocimiento sobre factores de riesgos y protectores, permiten generar un plan de intervención apropiado para cada niño y su familia.
Desarrollo Motor: es la habilidad para moverse y controlar las diferentes partes del cuerpo. Este desarrollo se realiza en una secuencia céfalo- caudal (cabeza y cuello primero) y próximo- distal (lo más cercano al tronco primero). Se distinguen dos tipos: motriz grueso (movimiento de desplazamiento y coordinación) y motriz fino (movimiento de precisión y coordinación).
Desarrollo Cognitivo: son habilidades intelectuales tales como: reconocer, procesar y organizar la información del medio, uso de memoria, resolver problemas, considerar los posibles efectos de nuestros actos sobre el medio y los demás (cognición social), entre otras. Cognición y percepción van muy ligadas entre sí y, a veces, se consideran un dominio único.
Desarrollo del lenguaje: puede ser entendido como un sistema que permite que las personas se comuniquen entre sí; implica poder procesar adecuadamente lo que nuestros órganos de los sentidos nos señalan (símbolos verbales, escritos y corporales) como también poder expresarse simbólicamente (describir, explicar).
Desarrollo social y emocional: Estas dos áreas suelen agruparse por su fuerte independencia. La emocionalidad dice de la habilidad que desarrolla el niño para reconocer sus sentimientos y expresarlos de manera regulada, sobre sí mismo (quién soy yo, qué siento, cuánto me quiero) y sobre el contexto; el desarrollo social dice de la calidad de las interacciones con otras personas adultas (conocidas y desconocidas), pares y niños menores; la adquisición de roles sociales y de reglas de relación con el entorno (hábitos y costumbres).
Los servicios de Salud dependientes de la cartera sanitaria cuentan con espacios de atención integral a niñas y niños donde los padres pueden acudir para que los profesionales acompañen el crecimiento y desarrollo de sus hijos desde el nacimiento.
En este sentido, actualmente el Programa Desarrollo Infantil (PDIT) “Paraguay, Creciendo Juntos” cuenta con el Modelo de Atención Integral al Desarrollo Infantil Temprano (MAIDIT), el cual se encuentra en proceso de implementación en 10 departamentos del país: Capital, Central, Guairá, Concepción, Presidente Hayes, Caazapá, Alto Paraná, Itapúa, Caaguazú y San Pedro.
El MAIDIT se propone fortalecer los servicios de atención del primer nivel de atención, complementando la atención de salud y nutrición con medidas de prevención y promoción en DIT. Posteriormente a través del mismo se crearán servicios intermedios de diagnóstico de tratamiento de niños con retraso en su desarrollo y se fortalecerán los hospitales para la atención materno – infantil. El modelo supone el trabajo coordinado de los diversos niveles de atención de salud en la entrega de servicios en DIT.
El PDIT ejecutado por el Ministerio de Salud Pública a través de la Dirección de Salud Integral de la Niñez y la Adolescencia (DIRSINA) busca mejorar el desarrollo cognitivo, emocional y físico de los niños/as menores de 5 años, detectando precozmente trastornos en el desarrollo y facilitando el acceso oportuno a intervenciones para su tratamiento.