Vacuna contra la influenza estacional es segura para embarazadas

Se trata del grupo más importante para la vacunación con esta dosis, independientemente del tiempo de gestación, según la OMS.


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Desde el Programa Ampliado de Inmunizaciones de nuestro país, se han hecho todas las consultas pertinentes sobre la seguridad de la vacuna contra la influenza estacional en embarazadas. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud, a través de una nota oficial remitida al Paraguay ya en el año 2013, estipula la seguridad de su uso, independientemente del tiempo de gestación, es decir, puede ser administrada en cualquier trimestre del embarazo. 

La recomendación de la vacunación a embarazadas está respaldada por fuertes evidencias de que las vacunas inactivas de influenza son seguras para la salud de éstas y de los bebés que esperan, independientemente si la dosis fue administrada en el primer, segundo o tercer trimestre de gestación.

Las mismas ya están disponibles en los servicios de salud para su administración a la población objetivo, y desde la cartera sanitaria, a través del Programa Ampliado de Inmunizaciones, se insta a toda la población objetivo a acercarse hasta los vacunatorios habilitados a nivel país, para recibir la dosis de protección correspondiente, de manera gratuita. Están disponibles 600.000 dosis para adultos y otras 600.000 para niños y niñas.

Población objetivo:

1. Niños y niñas desde los 6 meses hasta los 2 años 11 meses y 29 días.

2. Embarazadas, independientemente de la semana de gestación.

3. Personas de 60 y más años.

4. Trabajadores de salud.

5. Personas viviendo en situación de riesgo o con actividades de riesgo (hacinamientos, trabajadores avícolas, personas privadas de su libertad, etc.).

6. Personas viviendo con alguna enfermedad crónica de base como:

Obesidad mórbida.

Diabetes.

Enfermedades pulmonares crónicas: asma; EPOC; fibrosis quística, cardiopatía congénita, reumática, isquémica y miocardiopatías de cualquier causa.

Hipertensos.

Enfermedades neuromusculares congénitas o adquiridas que determinan trastornos de la deglución o del manejo de secreciones respiratorias.

Enfermos renales y/o hepáticos.

Personas con cáncer recibiendo algún tipo de tratamiento.

Personas recibiendo terapias inmunosupresoras (Lúpicos, reumáticos, etc.).

Personas viviendo con VIH.

Inmunodeficiencias congénitas o adquiridas.