Estos dolores eran frecuentes e intensos y lo trataba con calmantes. Cuando las pastillas que se automedicaba dejaron de surtir efecto, decidió consultar. Tras unos estudios se pudo determinar que su padecimiento se debía a un cáncer: linfoma no Hodgkin.
A continuación compartimos el relato de Dérlis, un joven que hace 6 años atrás recibió una oportunidad de vida gracias a un donante.
“Con frecuencia presentaba intensos dolores de cabeza”, inicia su relato Dérlis Giménez. Señala que para aplacar estos dolores se autoadministraba calmantes; poco tiempo después, el malestar se agravó con la aparición de sudoraciones nocturnas. La situación se hizo insostenible cuando las pastillas ya no hacían efecto, por lo que al cabo de dos meses de padecimiento decidió consultar. El médico le indicó efectuar una tomografía, sin obtener resultado alguno. Posteriormente le sometieron a una resonancia magnética y tras este estudio se percataron que contaba con un tumor en el cerebro, denominado: linfoma no Hodgkin, que ya se encontraba en estadío IV, es decir, con un alto grado de diseminación del tumor. Esto ocurrió en el año 2011, cuando Dérlis tenía 21 años. El linfoma es un tipo de cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos, que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo. “Tenía un tumor gigante en el mediastino y células cancerígenas en la médula ósea”, detalla el joven. Tras el diagnóstico y la fase de la enfermedad, requería de trasplante de médula ósea, también conocido como células madre, por lo que fue incluido en lista de espera de un donante. Mientras aguardaba, fue sometido a un total de trece sesiones de quimioterapia como parte del tratamiento, que duró aproximadamente un año. En ese lapso perdió 27 kilos de peso, según cuenta. “De 75 kilos, pasé a tener 48 kilos”, recuerda. Al año siguiente, el 7 junio de 2012, finalmente fue sometido a trasplante de médula, con una internación de unos 19 días. "Dos meses después del trasplante comencé a recuperar peso, a hacer deportes y a reactivar mi vida normal", según refiere. Destaca la calidad de atención de los médicos y personal de enfermería que le asistieron en ese entonces, y elogia la dicha que tiene el país de contar con excelentes profesionales en el área de trasplante. Considera que la fe, el apoyo de los familiares y la calidad humana de los profesionales de la salud son cruciales en este difícil proceso. Insta a la ciudadanía a inscribirse para ser donante de órganos, así como él lo hizo, y pide a las familias no ser reacios a donar. Dérlis cuenta actualmente con 28 años de edad, es comerciante y en dos semanas más defenderá su tesis para recibir el título de Licenciado en Marketing.