Ante uso indebido, antibióticos ya no sirven cuando realmente se necesitan

Los antibióticos NO son eficaces para tratar infecciones víricas, como los resfriados y la gripe.
Es indispensable consultar con el médico antes de tomarlos, pues su consumo indebido y abusivo acelera la resistencia a estos fármacos.


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La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. 

Cada vez es mayor el número de infecciones —por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis— cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos. La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos.

En ese contexto, la Dra. Irene Benítez, médica pediatra, especialista en infectología, que presta servicios en el Ministerio de Salud, responde a algunas preguntas frecuentes sobre el uso de antibióticos en la franja pediátrica.

1. ¿Suelen los padres insistir en la prescripción de antibióticos?

Sí, generalmente los padres creen que los niños se curan con antibióticos. El mayor porcentaje de las infecciones en los niños es viral y para el tratamiento de las mismas no se requiere antibióticos.

2. ¿Cuándo sí es necesario utilizar antibióticos y en qué casos no amerita?

Es necesario utilizar los antibióticos en el caso de infecciones bacterianas. Las infecciones de etiología viral no requieren esta medicación. Por eso es indispensable la consulta con el médico.

3. En pacientes pediátricos, ¿hay alguna diferencia con las indicaciones de su uso respecto a los adultos?

Las indicaciones son totalmente diferentes en varios aspectos como, por ejemplo, que la cantidad a ser suministrada se calcula por kilogramo de peso. Así también, el espectro de cobertura es variable en niños y adultos.

4. ¿Qué hacer si sobra antibióticos en casa?

Nunca deben automedicarse, sino consultar para verificar lo que el paciente necesita. Cada uno debe ser evaluado según los síntomas que presenta, el estado general, días de evolución de la enfermedad, estado de vacunación, a fin de proporcionarle el tratamiento adecuado.

Finalmente, la profesional hace hincapié en que los antibióticos son un recurso sumamente valioso, de modo que es imprescindible asesorarse adecuadamente antes de tomarlos.

La OMS refiere que es posible adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación. 

Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos, la población puede:

Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un médico certificado.

No pedir antibióticos si el profesional dice que no son necesarios.

Seguir siempre las instrucciones del médico con respecto al uso de los antibióticos.

No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.

Prevenir las infecciones, lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.

Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.

Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos, los profesionales de la salud pueden:

Evitar las infecciones, velando por la limpieza de las manos, el instrumental y el entorno.

Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios, de conformidad con las directrices en vigor.

Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia.

Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente, la resistencia a estos fármacos y los peligros de su uso indebido.

Informar a los pacientes sobre cómo se puede prevenir las infecciones (por ejemplo, vacunándose, lavándose las manos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales o cubriéndose la boca y la nariz al estornudar).

Fuente: OMS.