Al vacunarse se reduce las probabilidades de contraer la gripe y de transmitir la enfermedad a estos grupos de riesgo, comprendido por niños, adultos mayores, embarazadas y enfermos crónicos.
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“Estamos entrando en una época donde la
gripe (influenza) registra la mayoría de los cuadros respiratorios. Una de las
grandes medidas preventivas es la vacuna”, asegura el doctor Guillermo Sequera,
Director General de Vigilancia de la Salud.
El profesional insta a la población de
alto riesgo a contraer la enfermedad y padecer complicaciones asociadas a esta
(niños de 6 a 36 meses de edad, adultos mayores, embarazadas, puérperas,
enfermos crónicos e inmunocomprometidos), a acudir hasta los centros de vacunación
para recibir la dosis de protección anual contra la influenza. Además de
prevenir la enfermedad, sobre todo de contraer las formas graves y reduce el
riesgo de hospitalización.
Dentro de este grupo vulnerable se hallan
incluidos los cuidadores de hogares y personal de blanco. “Las personas que
están al cuidado de niños o de los adultos mayores, incluso aquellas que
atienden enfermos, deben aplicarse la vacuna antigripal”, señala Sequera.
Enfatiza que el personal de blanco es uno
de los más expuestos en este sentido, debido a que están en contacto diario con
personas enfermas. “No podemos arriesgar que los pacientes contraigan otra
enfermedad y se complique más su patología”, argumenta, al tiempo que asegura
que, “cuidarse, es también una buena medida para cuidar a los demás”.
Con la aplicación de las vacunas
estacionales, el titular de Vigilancia de la Salud recuerda que, como parte de
la Semana de Vacunación de las Américas, se están intensificando las demás
vacunas que están dentro del esquema regular, como la vacuna contra el
sarampión, debido a la alerta regional existente y teniendo en cuenta que sigue
latente el riesgo de introducción de esta enfermedad al país a través de
personas no vacunadas.