Abrigarlos bien antes de salir a la calle para evitar exponerlos a los cambios bruscos de temperatura, así como tomar recaudos para evitar quemaduras figuran entre las principales medidas.
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Los cambios bruscos de temperatura favorecen la aparición de enfermedades que afectan las vías respiratorias, principalmente en lactantes y menores de dos años. Entre ellas, se encuentran los resfríos, la gripe o influenza, la laringitis, faringitis, otitis, sinusitis y amigdalitis.
Ante las bajas temperaturas propias del invierno, es necesario tomar precaución y no exponer a los chicos a esos cambios bruscos, a fin de prevenir dichas patologías.
Asimismo, se recomienda no enviarlos a la guardería en caso que cursen síntomas de enfermedad (fiebre, tos, erupciones en piel, vómitos u otro síntoma), a fin de evitar que otros niños enfermen.
Bajo ninguna circunstancia automedicarlos, sino llevarlos a consultar con su pediatra. La postergación de la consulta médica puede generar complicaciones en el cuadro.
Igualmente, se recuerda que los niños de 6 a 36 meses de edad que aún no recibieron la dosis antigripal este año, deben vacunarse. Esto impedirá que contraigan las formas graves de la influenza. Los cuidadores de niños también deben aplicarse la vacuna.
Por otro lado, una recomendación también necesaria para esta época en la que se utiliza braceros y agua caliente con mayor frecuencia, es la de extremar cuidados para evitar que los pequeños sean víctimas de quemaduras: no cocinar ni tomar mate con el niño en brazos.
Al momento de preparar el baño para el bebé o el niño pequeño, es aconsejable colocar primero el agua fría en la bañera y luego entibiarla. Seguidamente, antes de bañar al chico, asegurarse de que la temperatura es la adecuada.