¿Qué entrenamiento es más beneficioso en pacientes con diabetes?

El ejercicio físico es el pilar fundamental en el tratamiento de la diabetes. Un estudio revela que el ejercicio de fuerza es el que aporta mayores beneficios en este tipo de pacientes. En el material te contamos las razones.

La Diabetes Mellitus tipo II es una enfermedad metabólica que provoca un aumento de la resistencia a la insulina dificultándose así la regulación de los niveles de glucosa sanguínea (azúcar), lo que lleva a los pacientes con este tipo de Diabetes a presentar altos niveles de glucosa en sangre y en su organismo.

El desarrollo de este tipo de diabetes está asociado principalmente a la mala alimentación; excesivo consumo de alimentos de mala calidad nutricional: altos en azúcares simples, grasas y sal, entre ellos, alimentos ultraprocesados, también el sedentarismo (permanecer mucho tiempo sentado y sin hacer actividad física) juega un papel fundamental en el desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, frecuentemente las personas que sufren esta patología metabólica solo centran su atención en realizar cambios en su alimentación (reducción de azúcares simples en su dieta) o en el tratamiento farmacológico, dejando de lado una herramienta esencial como es el ejercicio físico.

Ejercicio de fuerza vs ejercicio de resistencia

En un estudio publicado por Cauza E, et al “The relative benefits of endurance and strength training on the metabolic factors and muscle function of people with type 2 diabetes mellitus. Arch. Phys. Med. Rehabil”, en donde este grupo de investigadores evaluó el efecto de 4 meses de entrenamiento de fuerza orientado a la hipertrofia (3 a 6 series por grupo muscular, de 10 a 15 repeticiones al fallo, todos los grupos musculares) o de resistencia (hasta 30 minutos de ejercicio submáximo 3 veces a la semana) en variables metabólicas en 39 adultos con diabetes tipo II (56,2 ± 1,1 años), incluyendo análisis de los niveles de glucosa sanguínea, hemoglobina glicosilada e insulina así como del perfil lipídico.

Tras el periodo de entrenamiento, el grupo que entrenó la fuerza consiguió disminuir los niveles de hemoglobina glicosilada y de glucosa sanguínea, disminuyendo también la resistencia a la insulina y mejorando el perfil lipídico (colesterol, y triglicéridos). Sin embargo, el grupo de resistencia no obtuvo especiales beneficios más allá de la mejora en la condición física y la disminución del porcentaje de grasa corporal, algo que también ocurrió en el grupo de fuerza. Por último, es importante remarcar que la inclusión de ejercicio físico redujo el nivel de dependencia de tratamiento farmacológico, especialmente en el grupo de fuerza.

Recomendación

La recomendación es que el entrenamiento de fuerza aporta mayores beneficios a los pacientes con Diabetes tipo 2 frente al entrenamiento de resistencia, por la importancia que tiene la masa muscular en estas personas. En el músculo esquelético se encuentran unos receptores denominados GLUT4 cuya función es transportar la glucosa desde el espacio sanguíneo (corriente sanguínea) hacia el interior celular para producir energía. El ejercicio físico, independientemente de la modalidad, ayuda a mejorar la captación o entrada de la glucosa al interior celular. Sin embargo, el aumento de masa muscular provocado por el entrenamiento de fuerza conlleva además a un aumento en el número de receptores GLUT4 y en el número de receptores de insulina, mejorando a causa de ese efecto la sensibilidad a la insulina y facilitando una correcta regulación de los niveles de glucosa.

Por este motivo es muy importante la aplicación de las estrategias de prevención de las Enfermedades No Transmisibles, cuidando la alimentación, enfatizando el consumo diario de alimentos naturales (frutas y verduras) y limitando la ingesta de productos ultraprocesados (altos en grasas, azúcar y sal), así como los niveles diarios de actividad física. Una vez instaurada la diabetes es importante tomar conciencia respecto a los grandes beneficios que puede aportar el ejercicio físico como uno de los pilares del tratamiento -en este caso el entrenamiento de fuerza para aumentar la masa muscular- añadido a otras estrategias, como las nutricionales y las farmacológicas.

Al momento de llevar una rutina de entrenamiento es recomendable contar con asesoramiento de un profesional de educación física con registro del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, quien orientará y acompañará la intensidad, el volumen y las cargas del entrenamiento físico de acuerdo a la condición física de cada persona, para lograr las metas y los objetivos propuestos, ya sea para la prevención o para el control de las enfermedades no transmisibles.