Lactancia Materna: estrategia poderosa para prevenir la obesidad infantil

Del 10 al 14 de agosto, en el país se recuerda la “Semana Nacional de Promoción de la Lactancia Materna”, con el lema: “Apoyar la lactancia materna por un planeta más saludable”.

En Paraguay, al igual que en el resto de la región y el mundo, cada año se registra un aumento de la prevalencia de sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles. En este contexto, en conmemoración de la Semana Nacional de Promoción de la Lactancia Materna, es fundamental destacar el papel que desempeña la lactancia en la protección de estas enfermedades.

Desde la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles, la doctora Mirta Ortiz señala que amamantar representa el acto más sublime de amor maternal, por el cual una madre brinda el alimento viviente, más completo, natural, específico, económico y a una temperatura adecuada a su niño. “Este alimento humano perfecto y personalizado, contiene los nutrientes necesarios en cantidad y calidad para el óptimo crecimiento, desarrollo psíquico y emocional, un mejor aprendizaje cognitivo y asertivo desde los primeros meses de vida y sus beneficios positivos se manifiestan a corto, mediano y largo plazo en el niño, la madre y la familia entera”, destaca.

Además de aportar todos los nutrientes que un lactante necesita en los primeros seis meses de vida y protegerlo contra las enfermedades comunes de la infancia, como la diarrea o la neumonía, menciona que cada vez hay más datos que indican que la lactancia materna puede tener beneficios a más largo plazo, como reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad en la infancia y la adolescencia.

Cifras actuales indican que el 34,5% de los niños de nuestro país tiene sobrepeso y obesidad, condición de salud que les predispone a un mayor riesgo de padecer otras enfermedades, como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, entre otras. La obesidad infantil también aumenta el riesgo de enfermedades no transmisibles, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta.

En este contexto, se destacan los beneficios de la lactancia al promover la autorregulación del niño en su alimentación, tanto en el volumen de leche que toma como en la frecuencia con que lo hace; a diferencia de la alimentación con biberón, que tiende a adoptar rutinas con horarios fijos y tomas de mayor volumen, y está regulada por quienes la suministran. Además, estudios indican que los niños alimentados con leche materna tienen una mayor aceptación de alimentos variados en las etapas posteriores, lo cual contribuye a la formación de hábitos de alimentación saludable para toda la vida.

Ortiz recuerda que los máximos beneficios de la lactancia materna se obtienen cuando su duración es mayor a 6 meses y se prolonga hasta los dos años, apoyada con otros alimentos. “También es importante que la alimentación complementaria se introduzca pasados los 6 meses de vida, para disminuir el riesgo de alergia a los alimentos y prevenir así la obesidad en edades posteriores”, sostiene.

Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud

Los lactantes deben recibir lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos.

A partir de entonces, a fin de satisfacer sus necesidades nutricionales, deben recibir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados e inocuos, al tiempo que siguen tomando el pecho hasta los dos años o más.