Medición en recién nacidos detecta oportunamente alteraciones auditivas

Cada mes, a cerca de 700 recién nacidos se les realiza el estudio de tamizaje auditivo neonatal en el hospital materno infantil “San Pablo”.  
El servicio de Otoemisiones Acústicas es uno los centros ejecutores más activos del Programa Nacional de Detección Temprana de Hipoacusias. 


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“Un gran porcentaje de nacidos presenta trastornos auditivos que llevan problemas del lenguaje, del aprendizaje y del relacionamiento. Existe un espectro de alteraciones auditivas posibles. Si alguna alteración es detectada tempranamente, puede hacerse intervención multidisciplinaria oportuna para que ese niño tenga una vida normal; esto podría traducirse quizá en rehabilitación, o uso de audífono, o cirugía, o educación especial, dependiendo de cada caso en particular,” explica la doctora Ana Arrechea, pediatra, médica-jefe del departamento de Pediatría y Neonatología del hospital “San Pablo”. 

La Dra. Arrechea hace un llamado a la población a realizar este estudio de otoemisiones acústicas a todo recién nacido, idealmente dentro de las 48 horas de nacido o en el primer mes de vida. 

Acerca del estudio

La doctora Sun Jin Lee es la otorrinolaringóloga que lleva adelante el servicio otoemisiones acústicas en recién nacidos. Esta área forma parte del servicio de Desarrollo Infantil Temprano, dependiente del departamento de Pediatría y Neonatología del hospital San Pablo, con un equipo conformado por dos licenciadas en enfermería y la médica. 

La profesional explica la relevancia de dicho estudio. “El oído medio tiene una parte llamada Cóclea; con este estudio, identificamos indicios de capacidad de audición de la misa. Se envía una onda y se ve qué retorno tiene.  Así se determina si estas ondas pasan o no; el equipo no te señala cuánto ni con qué calidad escucha el bebé. Sin embargo, este tamizaje neonatal es importante, pues si las ondas no pasan, y el niño cuenta con factores de riesgo como infecciones por citomegalovirus, rubeola, sífilis, sufrimiento fetal; estuvo en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI), o si es prematuro; se incrementan las posibilidades de alteraciones auditivas, por lo cual es necesario reiterar este estudio tres veces. Si el niño no cuenta con factores de riesgo, un solo estudio es suficiente”. Si este estudio no tiene un resultado positivo, se pasa a medios auxiliares de diagnóstico más complejos.

El San Pablo cuenta el equipo de otoemisiones acústicas desde el 30 de junio de 2020. Atiende de lunes a viernes, de 7 a 12 horas, por orden de llegada, tanto a recién nacidos de este y otros hospitales del país. 

En el hogar

En el día mundial de la audición, la Dra. Lee recuerda a la población que la observación en la vida cotidiana del niño o niña en el hogar, en cualquier edad, también permite identificar alteraciones auditivas. Y describe: “A los seis meses, un niño tiene que mirar cuando se le habla; reaccionar al ruido, llorando o riendo; tiene que empezar a balbucear, imitar, a un año decir <mamá>, <papá>, palabras simples; tiene su desarrollo normal del lenguaje que si ocurre hay que sospechar que no escucha bien. Un niño que escucha bien, habla bien, pues el habla con la recepción del sonido el niño desarrolla su lenguaje. A otra edad más avanzada puede considerarse también el mal rendimiento escolar como un indicio de posible alteración auditiva. La detección precoz permite un tratamiento precoz del problema para que el niño pueda insertarse a la vida normal”.