Enfermedad de Chagas es potencialmente mortal si no se detecta y trata a tiempo

No hay vacuna contra el Chagas, pero el control de vectores es un método eficaz de prevención. Esta enfermedad es de notificación obligatoria. 
En el año 2018 la OPS/OMS, otorgó a Paraguay la certificación de país libre de transmisión vectorial domiciliaria del Chagas.


La enfermedad de Chagas está presente en 21 países de América y se registran 28.000 casos anuales, entre ellos, 8.000 en recién nacidos, según datos provistos por la Dirección General de Vigilancia de la Salud. Se produce por un parásito, Trypanosoma cruzi, que se transmite al humano a través de un insecto conocido como triatomino o vinchuca (chichã guasu en guaraní), potencialmente mortal si no se diagnostica y trata en forma oportuna. En Paraguay, el insecto vector es el Triatoma infestans.

Esta enfermedad se denominada también tripanosomiasis americana y ha sido calificada como una “enfermedad infecciosa desatendida EID”. La misma es de lenta evolución clínica y frecuentemente asintomática, afecta principalmente a poblaciones desfavorecidas y con acceso restringido a la atención de salud y otros servicios básicos.

Se transmite principalmente por contacto con las heces o la orina infectadas de triatominos que se alimentan de sangre. Por lo general, esos insectos que albergan los parásitos viven en las grietas y huecos de paredes y tejados de casas y estructuras exteriores como gallineros, corrales y almacenes, en zonas rurales y suburbanas. Normalmente permanecen ocultos durante el día y entran en actividad por la noche para alimentarse de la sangre de mamíferos, entre ellos los humanos.

Estos parásitos pican en zonas expuestas de la piel, como la cara, y defecan/orinan cerca de la picadura. Los parásitos penetran en el organismo cuando la persona picada se frota instintivamente y empuja las heces o la orina hacia la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta. También puede transmitirse al consumir alimentos contaminados por el parásito, por transfusiones de sangre de donantes infectados, por transmisión de la madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto, por trasplante de órganos y por accidentes de laboratorio.

Signos y síntomas

La enfermedad consta de dos fases. Una fase aguda que dura unos 2 meses después de contraer la infección, en esta fase no hay síntomas o, si existen, son leves e inespecíficos. En algunos casos, se puede presentar una lesión cutánea, signo de Romaña o Chagoma de inoculación, fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar y dolor abdominal. En la fase crónica, se pueden presentar trastornos cardíacos y, en menor proporción, alteraciones digestivas, como el agrandamiento del esófago o del colon, y trastornos neurológicos. Con el paso de los años, la infección puede causar la muerte.

Control y prevención

No hay vacuna contra la enfermedad de Chagas. El control de vectores ha sido el método más eficaz de prevención, que incluye tanto las acciones de control químico (rociado), como al mejoramiento de las viviendas para evitar la infestación por triatominos.

El control de donantes es igualmente necesario para prevenir la infección por transfusiones sanguíneas y trasplantes de órganos, así como la detección de la infección en embarazadas.

Notificación

La enfermedad de Chagas es una enfermedad de notificación obligatoria, por lo que, dentro de las 24 horas de confirmación del caso, debe incluirse en la ficha de notificación específica.

En Paraguay fue certificada la interrupción de la transmisión vectorial intradomiciliaria de Trypanosoma cruzi en el año 2018, en todo su territorio, no obstante, aún constituye un problema de Salud Pública de relevante prevalencia, con 165.000 personas infectadas, una prevalencia aproximada de 5 % en embarazadas, de 1,75 % en bancos de sangre, y se estima que unos 400 niños nacen al año con la infección.

Actualmente en el país, la vía más importante de transmisión del Trypanosoma cruzi es la infección congénita o transplacentaria. Este fenómeno se debe a que, además de dar cumplimiento a la obligatoriedad del tamizaje serológico del 100 % de los volúmenes de sangre a transfundir, se han alcanzado avances significativos en el control vectorial con la certificación de la interrupción de la transmisión vectorial intradomiciliaria en todo el territorio, otorgada por la OPS/OMS en el año 2018.