Hipertensión arterial: no siempre presenta síntomas, pero es letal

Esta enfermedad es hereditaria, puede aparecer a cualquier edad y afectar a varios órganos.
Se debe, principalmente, a la mala alimentación, al sedentarismo, la obesidad y al consumo de tabaco y alcohol.
Para evitarla, se aconseja reducir el consumo de sal, hacer actividad física y mantener una alimentación saludable.


La hipertensión arterial se caracteriza por la elevación persistente de la presión a cifras mayores o iguales a 140/90 mmHg. Es una condición que constituye un factor de riesgo para la salud del ser humano.

Esta patología crónica es peligrosa porque, cuanto más alta es la presión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales, como el cerebro y los riñones. Si no se controla, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardiaca. 

La hipertensión arterial no presenta síntomas, es hereditaria, puede aparecer a cualquier edad. Pero, por su fácil diagnóstico, se puede detectar y tratar para evitar complicaciones. Para ello, se aconseja realizar un control periódico de la presión arterial; dos veces al año, a personas que no son hipertensas, y dos veces a la semana a los hipertensos.

Esta medición se debe efectuar incluso desde la niñez, a partir de los 5 años de edad, principalmente a quienes presentan sobrepeso y obesidad o que tengan antecedentes familiares de hipertensión.

Para reducir las posibilidades de padecer hipertensión, se aconseja:

• Reducir el consumo de la sal. 

• Mantener una alimentación sana rica en frutas y verduras

• Mantener un peso saludable (evitar el sobrepeso y la obesidad).

• Mantener una buena hidratación: consumir diariamente 2 litros de agua.

• Practicar actividad física regularmente. 

• No fumar.

• Evitar consumir bebidas alcohólicas en exceso.

• Dormir de 6 a 8 horas por día.