Toxoplasmosis congénita se podrá detectar con inteligencia artificial, en Paraguay

Es el desafío que ha logrado concretar un grupo de investigadores de la medicina e ingeniería en nuestro país, integrado por una profesional médica del “Acosta Ñu”.
Este avance permitiría disminuir el porcentaje de cegueras, baja visión y daños asociados a órganos internos como cerebro e hígados.



El proyecto de investigación para crear el software que permitirá detectar toxoplasmosis congénita fue liderado por la Universidad Americana, con el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

La Dra. Olivia Cardozo, oftalmopediatra del hospital general pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, una de las investigadoras, comenta que, desde cualquier rincón del país, personal de salud que cuente con entrenamiento y los equipos de diagnóstico asociados a este software podrán detectar toxoplasmosis. Un avance que permitiría disminuir el porcentaje de cegueras, baja visión y daños asociados a órganos internos como cerebro e hígados.  

Los daños oculares causados por la toxoplasmosis son detectados por oftalmólogos, mediante la evaluación del Fondo de Ojo. Sin embargo, el trabajo realizado por los investigadores podría permitir, mediante el uso de la inteligencia artificial, que un profesional en medicina o enfermería, sin importar su especialidad, previamente capacitado, detecte irregularidades oculares y esto le permita realizar una derivación rápida y oportuna de pacientes afectados a los especialistas, según comenta la Dra. Cardozo.
Para hacer esto posible, los ingenieros crearon algoritmos desde la base de datos de imágenes de Fondo de Ojo, captadas a pacientes, durante controles oftalmológicos, en consultorio. Esta actividad no implica riesgos y contó con consentimiento informado. 

Las imágenes fueron clasificadas en sanas y en patológicas. Éstas, a su vez, fueron subclasificadas en lesiones activas e inactivas, dentro del programa diseñado para hacer esa diferenciación. Con ellas, crearon algoritmos que permitieron a la inteligencia artificial hacer las detecciones.

Para realizar estas diferenciaciones, las oftalmólogas debían estudiar cada una de las imágenes e ir marcando las detecciones de irregularidades para que puedan ser introducidas en la base de datos.  

Hasta el momento, se trata de un avance, aún en proceso de desarrollo, que podría evitar daños serios, especialmente a los recién nacidos con esta enfermedad (los más afectados). Cardozo menciona que, una vez mejorada la especificidad y sensibilidad, podría mejorar la técnica de diagnóstico en los niños y que esté a disposición.
Esta investigación fue publicada en la revista “Data in Brief”, de la Editorial Elsevier. Fue presentada por los investigadores: Olivia Cardozo, Verena Ojeda, Rodrigo Parra, Julio Mello, José Luis Vázquez, Miguel García, Federico Divina, Sebastián Grillo, Cynthia Villalba, Jacques Facon, Verónica Castillo, Ingrid Castro y Diego Aquino.

Datos sobre la toxoplasmosis
La toxoplasmosis es una enfermedad causada por el parásito Toxoplasma gondii. Estos parásitos pueden ingresar al organismo a través de carnes mal cocidas, verduras mal lavadas, excrementos de gatos – animal huésped de la enfermedad que solo trasmite si se encuentra infectado-, aguas no tratadas y suelos contaminados.   
Una persona infectada con este parásito durante el embarazo puede trasmitir al bebé la toxoplasmosis. La Dra. Cardozo explica que la enfermedad congénita podría afectar al cerebro, los hígados (hepatomegalia), órganos internos, los ojos, oídos; producir malformaciones, hidrocefalia, microcefalia, ceguera y otras más. 

Refiere que, si se detecta durante el embarazo, la enfermedad es tratada antes de que el bebé nazca para disminuir la probabilidad de que sea infectado; de lo contrario, el recién nacido (RN) debe tener seguimiento médico con diferentes especialistas durante el primer año de nacido. 

Una de las principales causas de baja visión, registradas en el hospital pediátrico se debe a la toxoplasmosis. Esto motivó más aún a la Dra. Cardozo a adentrarse en una investigación que podría ayudar, especialmente al personal de salud que prestan atención primaria, alejados de centros de especialidades, a detectar problemas oculares tempranamente y derivar los casos con mayor rapidez.