- Se recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día. Si el consumo es excesivo, puede predisponer al desarrollo de la hipertensión arterial, de enfermedades cardiovasculares y otras patologías.
Como cada año, Paraguay se adhiere a la Semana Mundial de la Sensibilización sobre la Sal, iniciativa que busca fomentar la implementación de intervenciones basadas en la evidencia para reducir el consumo de sal en la población. El sodio es un mineral esencial para el funcionamiento del cuerpo: ayuda a mantener el equilibrio hídrico y participa en funciones importantes del organismo. Sin embargo, consumirlo en exceso puede ser perjudicial para la salud, ya que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial. En Paraguay, el 38,6 % de la población presenta hipertensión, según la 2.ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo en Enfermedades No Transmisibles (2022). La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día (equivalente a una cucharadita de té), lo que representa unos 2.000 mg de sodio. Esta cantidad incluye toda la sal presente en los alimentos, tanto naturales como procesados. Aunque solemos asociar la sal únicamente al salero, el sodio también está presente en muchos alimentos industrializados, donde cumple funciones como dar sabor o conservar por más tiempo los productos. De hecho, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre el 70 % y 80 % de la sal que consumimos proviene de productos procesados y ultraprocesados. Algunos ejemplos comunes son: panificados, galletitas dulces y saladas, embutidos y carnes procesadas, snacks, enlatados, condimentos como salsa de soja, caldos en cubito y sopas instantáneas e incluso bebidas azucaradas. ¿Por qué es importante reducir el consumo de sal? Disminuir la ingesta de sodio ayuda a reducir la presión arterial en niños y adultos, tanto en personas con hipertensión como sin ella. Un alto consumo de sal está asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Conocer qué alimentos contienen sodio y aprender nuevas formas de cocinar puede ayudarnos a alcanzar una alimentación más saludable. Consejos prácticos para reducir el consumo de sal: Limitar los alimentos ultraprocesados. Optar por preparaciones hechas en casa siempre que sea posible. Leer las etiquetas. Preferir productos que indiquen “sal reducida” o “sin sal añadida” y que tengan pocos ingredientes. Sazonar con condimentos naturales como hierbas frescas, ajo, limón, vinagre o aceite de oliva. Lavar los alimentos enlatados con un colador para eliminar el exceso de sal. Reducir el consumo de embutidos y carnes procesadas. Elegir métodos de cocción saludables como al horno, al vapor o hervidos. Evitar tener el salero en la mesa. Acostumbrarse a sabores menos salados es posible con el tiempo. Incluir alimentos frescos como frutas, verduras, carnes magras y cereales integrales en la dieta diaria. Las decisiones que tomamos cada día respecto a nuestra alimentación tienen un impacto directo en nuestra salud. ¡Cada elección cuenta para un futuro más saludable!