Si estar embarazada ya de por sí hace que suba la temperatura corporal (sobre todo por los cambios hormonales), imagine el embarazo a más de 40º C como se da actualmente en nuestro país.
El calor influye en demasía en el embarazo y tiene consecuencias físicas en la embarazada. También puede influir en el bebé e incluso hacer que el momento del parto se adelante. Además, la embarazada debe tener especial precaución ante la llegada repentina de olas de calor.
Las altas temperaturas hacen que se contraigan los vasos sanguíneos como método de 'enfriamiento'. Por eso a muchas personas se les hinchan los pies. Algo mucho más visible en las embarazadas, ya que su temperatura interna aumenta durante la gestación.
Es evidente que por las cuestiones laborales y quehaceres, no se puede estar encerrados en una habitación refrigerada todo el día. Pero si es importante evitar, de ser posible, las horas con más pico de calor (10:00 a 16:00).
Es recomendable por ello buscar mecanismos para mantener el cuerpo fuera de los rangos extremos del calor veraniego de Paraguay.
El calor puede convertirse en una situación de riesgo cuando se produce a un 'golpe de calor', que se da generalmente ante el aumento de la temperatura corporal a 39° C.
Puede ser detectado en la embarazadas mediante:
- Piel enrojecida y seca
- Pulso acelerado y dolor de cabeza
- Mareo, vértigo
- Vómitos
Ante cualquiera de estas señales de alarma, debes acudir de inmediato a su centro asistencial más cercano.
