La hipertensión arterial es conocida como “el asesino silencioso” porque rara vez provoca síntomas, sin embargo, es responsable de un alto porcentaje de los fallecimientos, en nuestro país y en el mundo.
A la hipertensión arterial se la denomina “el asesino silencioso” ya que rara vez provoca síntomas y es responsable del fallecimiento de más de millones de personas al año por su condición de factor de riesgo cardiovascular, en las Américas. Cerca de 17,5 millones de personas murieron a causa de enfermedades cardiovasculares en el 2005, lo que representa un 30% de los decesos a nivel mundial. Por este motivo, prestar atención a su desarrollo a través del control periódico de la presión arterial es fundamental. El sobrepeso y obesidad, la ingesta de comidas con mucha grasa y salada, el sedentarismo, abuso de alcohol y el tabaquismo constituyen factores que despegan los índices de personas que padecen de problemas cardiacos. Igualmente, los ronquidos cuando se duerme (acostado o sentado) son un aspecto que debe ser tenido en cuenta, porque revelan que algo no funciona bien en el organismo. La hipertensión no controlada (140/90 mm Hg) es principal causante de enfermedades cardiovasculares, en particular, infartos al miocardio y accidentes cerebrovasculares; también puede generar insuficiencia renal, ceguera, vasculopatía periférica e insuficiencia cardíaca. El riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones es mayor cuando la hipertensión se acompaña de otros factores tales como el tabaco, el consumo nocivo de alcohol, y la inactividad física, la obesidad, la diabetes y el colesterol elevado. Sin embargo, la hipertensión es tanto prevenible tanto como tratable.