Por más de dos años pueden extenderse los efectos del Chikungunya

Presenta inflamación en las articulaciones, sobretodo en manos y pies.
Con alta tendencia de pasar a una fase sub aguda, donde ya no hay fiebre pero sí persistencia y empeoramiento de dolores articulares.
También hay altas probabilidades de que se convierta en una dolencia crónica.


Tanto el Dengue como Chikungunya se inician con fiebre, malestar general y dolores musculares. Pero, rápidamente, con el Chikungunya se instalan los dolores en las articulaciones pequeñas, como manos y pies, y también en la columna vertebral.

El Dengue se auto limita en no más de 10 días y, generalmente, no deja secuelas. En cambio, el Chikungunya tiene la alta tendencia de pasar a una fase sub aguda, donde ya no hay fiebre pero hay persistencia y recrudescencia o empeoramiento de los dolores articulares y también una alta tendencia de pasar a una forma crónica. Eso significa hasta dos años y medio de sufrir de estos problemas articulares y la ingesta de antiinflamatorios, que tiene sus riesgos relacionados.

El Ministerio de Salud recuerda a la población que se debe recurrir inmediatamente al centro de salud más cercano si se cuenta con algunos de los citados síntomas, y evitar la automedicación.

Más acerca del Chikungunya

El nombre deriva de una palabra en Makonde. Significa, a grandes rasgos, “aquel que se encorva” y describe la apariencia inclinada de las personas que padecen la característica y dolorosa artralgia (dolores articulares).

La fiebre Chikungunya (CHIK) es una enfermedad causada por el virus Chikungunya (CHIKV) y transmitida principalmente por el Aedes aegypti y Ae. albopictus, las mismas especies involucradas en la transmisión del Dengue.

Tres son sus fases: aguda, sub aguda y crónica. Van desde 7 días hasta 2 años. El cuadro febril sólo se presenta al inicio de la enfermedad. Mientras, los dolores articulares persisten en todas las fases.

Fase aguda: Duración de entre 7 a 10 días. Síntomas: fiebre, dolores e inflamación en las articulaciones, que pueden ser de leves a severos. Este dolor articular afecta, principalmente, a manos y pies. También puede afectar tobillos y otras articulaciones. A veces se acompaña de un rash o eritema cutáneo, que se produce generalmente al inicio de la enfermedad, a diferencia del Dengue, que suele presentar al final.

Fase sub aguda: Del 20 al 40 por ciento de los casos puede pasar a esta fase, que puede durar hasta tres meses. Ya no se registra fiebre pero sí manifestaciones articulares. Si esto dura más de tres meses, entra en la siguiente fase.

Fase crónica: No se tienen aún estadísticas sobre el porcentaje que pasa a esta fase, pero se estima que es también del 40 por ciento de los pacientes. Puede durar desde tres meses hasta dos años, o más, inclusive. En esta fase, persisten los dolores articulares. Puede haber una sensación febril por la inflamación articular, tanto en la fase sub aguda como crónica.

Cabe señalar que la enfermedad no se repite, sino que la persona puede estar pasando los diferentes niveles de las tres etapas.

“Prevenir antes que curar”

Esa es la consigna. La única alternativa de prevenir estas enfermedades es evitando la proliferación del mosquito vector, el Aedes aegypti. Para el efecto, se debe hacer una revisión permanente de las viviendas, tanto en el interior como en el patio, para cerciorarse de que no haya criaderos, que pueden poner en riesgo a todos los integrantes de la familia y a los vecinos.

Igual recomendación se aplica a las comunidades, con la promoción del control vectorial, mediante el trabajo coordinado entre vecinos organizados, de manera a mantener los barrios libres de criaderos, fomentando y manteniendo entornos saludables.

Igualmente, no deben descuidar sus responsabilidades los gobiernos locales y departamentales en la lucha contra vectores.