El tema del Día Mundial del Agua 2019 es “No dejar a nadie atrás”. Se trata de una adaptación de la promesa central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todo el mundo debe beneficiarse del progreso del desarrollo sostenible.
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Hoy en día millones de personas viven
todavía sin agua potable —en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, la
granja, la fábrica— y luchan por sobrevivir y prosperar.
A menudo se ignora a los grupos marginados
—mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas, personas con discapacidad y
muchos otros— y, a veces, se los discrimina cuando intentan conseguir y
gestionar el agua potable que necesitan.
La expresión “agua potable” es la versión
abreviada de “servicio de abastecimiento de agua potable gestionado de manera
segura”, es decir, agua a la que puede accederse en las viviendas, cuando se la
necesita y que no está contaminada.
El agua es un derecho humano de toda
persona, sea quien sea y esté donde esté. El acceso al agua es uno de los
puntales de la salud pública y, por tanto, es decisivo para lograr el
desarrollo sostenible y construir un mundo estable y próspero. No podemos
avanzar como sociedad global mientras haya tanta gente que vive sin agua
potable.
Desde el Ministerio de Salud se busca el
mayor y mejor acceso al servicio de agua potable mediante el SENASA, encargado
del apoyo técnico y las perforaciones de pozos artesianos, así como la constitución
de las Juntas de Saneamiento par que comunidades que no cuentan con el acceso
al vital líquido, puedan tener el abastecimiento asegurado y mejorar su condición
de vida.
La adecuada hidratación se refleja en
todos los aspectos de la vida, incluso en el ambiente social, debido a que las
personas que ingieren agua natural eleva su desempeño mental, reducen el riesgo
de contraer enfermedades, mejoran su estado de ánimo y, por consecuencia, las
relaciones sociales en los ambientes en que se desenvuelven, lo cual propicia
una sensación de bienestar integral.
No obstante, la ausencia del consumo de
agua en su estado natural puede ocasionar diversos padecimientos, como dolor de
cabeza, fatiga, cambios de humor, calambres, dolores musculares, adormecimiento
de extremidades, alteraciones de la vista, dificultades para tragar, malestares
que se acentúan con el incremento de la temperatura ambiental.