La Toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa sistémica, producida por el toxoplasma gondii. Si bien este parásito se encuentra en las heces de animales, una persona puede adquirir la enfermedad mediante el consumo de alimentos mal lavados y carne mal cocida.
Los principales agentes
transmisores son gatos, aves, roedores, cabras, ganado vacuno y cerdos,
generalmente los primeros contraen el mal cuando comen aves o ratones contaminados
y al defecar eliminan los protozoos que luego entran en contacto con el agua,
objetos y alimentos. Sin embargo, existen casos de
personas enfermas sin tener mascota alguna, mediante ingesta involuntaria de
quistes del parásito a través del agua, frutas y vegetales mal lavados o carnes
a media cocción. La toxoplasmosis también puede
ser trasmitida de forma congénita, cuando una mujer en estado de gestación
contrae la enfermedad, ésta se la pasa al feto. Las mujeres recién infectadas
con Toxoplasma durante o poco antes del embarazo, así como personas con el sistema
inmunitario comprometido (VIH/SIDA, Cáncer, leucemia) debe ser consciente de la
enfermedad puede tener consecuencias graves.
El riesgo de transmisión puede ser
reducido de forma simple, asando bien la carne, cuidar la higiene durante la
elaboración de alimentos, lavarse bien las manos antes de comer y siempre que
hayan tenido contactos con carne cruda, gatos u otros animales receptores o el
suelo.