Actividad física regular, indicada para pacientes con fibromialgia

Investigaciones muestran que la práctica de ejercicios moderados reduce el dolor y mejora la calidad de vida de los pacientes. 
En Paraguay, 340.000 personas padecen de esta enfermedad crónica, que se registra con más frecuencia en mujeres.


Cada 12 de mayo se recuerda el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica. La fibromialgia es una enfermedad crónica caracterizada por dolor generalizado y múltiples puntos dolorosos a la palpación. El término lo acuñó el médico estadounidense Dr. Philip Kahler, en 1976, y se refiere al dolor del tejido muscular que incluye a las estructuras que la rodean conocido como conectivo.

Presenta un amplio conjunto de síntomas asociados, como el sueño no reparador, intestino irritable, cefalea crónica, trastorno del humor (ansiedad y depresión), cansancio fácil y continuo que a la larga generan un grave impacto sobre la salud y la calidad de vida de las personas que la padecen.

Es más frecuente en mujeres que en varones, en una proporción aproximada de 7 o 9 a 1. Está presente en casi todos los países, en la mayor parte de los grupos étnicos y cualquier tipo de clima. En Paraguay, aproximadamente el 5% de la población la padece, representa a unas 340.000 personas.

Las investigaciones muestran que el ejercicio moderado periódico, especialmente de tipo aeróbico, realizado en forma regular reduce el dolor y mejora las funciones orgánicas, recuperando mayor autonomía para las actividades de la vida cotidiana.

Cuáles son los tipos de ejercicios recomendados:

1.    Ejercicios de movilidad articular y flexibilidad. Se deben realizar al inicio y término de una sesión de ejercicios a fin de mejorar la amplitud de movimiento y disminuir la rigidez de las articulaciones más utilizadas, previniendo además lesiones por distensión. Ej. Flexión y extensión suave del cuello, los hombros, codos, las caderas, rodillas y los tobillos.

2.    Ejercicios de fuerza muscular. Que permitan una musculatura fortalecida a las articulaciones y así disminuir la fatiga crónica. Ej. Flexión y extensión de los brazos con ayuda de un peso leve o levantarse y sentarse en una silla. 

3.    Ejercicios aeróbicos. Mediante el aumento inicial de la frecuencia cardiaca y respiratoria a ritmos controlados, incrementan la capacidad cardiopulmonar favoreciendo una mejor oxigenación de todos los órganos y mejorando los indicadores metabólicos de los triglicéridos y la glicemia. Ej. Caminata a ritmo normal, luego a ritmo más rápido, andar en bicicleta, en lugares seguros, dentro de la casa o alrededores, actividades domésticas de moderada complejidad (limpiar el patio y el interior de la casa, jardinería y huerta), así como   movimientos rítmicos como la danza terapéutica, y danza circular. 

4.    Los ejercicios en el agua. En caso de disponer de este tipo de estructura, los movimientos realizados en piscina con agua tibia son más suaves para las articulaciones, porque la flotación en el agua de piscina reduce el esfuerzo de soportar el peso, actuando como relajantes de los músculos y alivian el dolor.  

5.    Otras opciones. Las prácticas de mente y cuerpo ayudan a mejorar los síntomas y el bienestar general, como el yoga, tai chi, que combinan la meditación, los movimientos lentos, la respiración profunda y la relajación. 

La Dra. Mirta Ortiz, de Promoción de la Actividad Física del Ministerio de Salud, destaca que la práctica de actividad física adecuada a la condición física de las personas que padecen fibromialgia -respetando la fase de la afección que las aqueja-, representa un aliado muy valioso para disminuir el dolor y la fatiga crónica que padecen. Contribuye a brindar una mejor calidad de vida a la persona con fibromialgia, proporcionando más autonomía para las tareas cotidianas y laborales.