- Mediante la vigilancia basada en eventos se pudo conectar un punto aparentemente aislado con una potencial amenaza. Esta vigilancia permitió ir más allá de lo clínico y entender que la salud humana y animal están ligadas.
Desde el 2024, Paraguay viene impulsando talleres de "Experiencia de Vigilancia Basada en Eventos (VBE)" en todo el país. Esta iniciativa busca fortalecer la capacidad de alerta temprana en las comunidades, permitiendo una reacción oportuna y eficaz ante brotes y posibles amenazas sanitarias. Queremos destacar una historia de éxito que demuestra la efectividad de la Vigilancia Basada en Eventos y su enorme potencial para ser replicada a nivel nacional. Esta labor se enmarca en el proyecto "Fortalecimiento de las funciones críticas de prevención, preparación y respuesta ante pandemias en Paraguay", liderado por la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS). El proyecto cuenta con el apoyo técnico de agencias implementadoras; estas incluyen la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La Vigilancia Basada en Eventos es una herramienta vital que permite a los profesionales de la salud identificar señales tempranas de posibles riesgos, incluso si no se ajustan a patrones clínicos tradicionales. Esta metodología es clave para detectar a tiempo brotes o eventos relacionados con virus respiratorios y otras amenazas desde las propias comunidades. Un caso en el departamento de Guairá ilustra cómo la Vigilancia Basada en Eventos puede marcar la diferencia. Todo comenzó en un consultorio pediátrico de Guairá, cuando una mamá llevó a su bebé con un resfrío común. Durante el examen de rutina, la pediatra, quien ya contaba con formación en vigilancia, escuchó un detalle que encendió su alerta: la muerte súbita de todas las gallinas de la familia una semana antes de la consulta. Para muchos, este dato podría haber pasado desapercibido. Sin embargo, la pediatra comprendió que esta información del entorno, combinada con el cuadro clínico del bebé, podía indicar algo mucho mayor. Inmediatamente, se reportó la situación a la epidemióloga distrital y regional. Esa llamada fue el disparador de una investigación e intervención oportuna y coordinada. Gracias a la vigilancia basada en eventos se pudo conectar un punto aparentemente aislado, con una potencial amenaza y de esa forma frenar el avance de una enfermedad.