- La lactancia materna es una práctica rodeada de mitos y creencias en muchas culturas, por lo que es importante descartarlas para poder disfrutar de una lactancia exitosa y saludable.
La lactancia materna es un proceso natural y beneficioso para la salud del bebé y la madre. A continuación, compartimos las creencias más comunes y por qué son falsas: “El bebé necesita agua de anís para los gases o para calmar la sed”. Falso. Los gases se producen normalmente en la digestión y se eliminan en forma espontánea. El bebé no necesita más líquidos porque la leche materna tiene toda el agua que necesita. Al dar otros líquidos, hay riesgo de infección y de disminución de la producción de leche. Es probable que se produzca un exceso de gases o cólicos en bebés con mamadas cortas, ya que solo toman la leche inicial rica en lactosa, lo que mejorará corrigiendo la técnica de lactancia. “Es necesario tomar abundantes líquidos para tener bastante leche”. Falso. La madre debe tomar líquidos según sus necesidades. Tomar más líquidos NO aumenta la producción de leche. La succión frecuente del bebé aumenta la producción de leche. “Es necesario tomar leche para producir más y mejor leche materna”. Falso. La leche que consume la madre no es indispensable para producir leche. Las vacas comen pasto y producen leche. La producción de leche aumenta con la succión del bebé. “Si la madre tiene gases o estreñimiento, se los transmite al bebé en la leche”. Falso. Los gases de la madre no se pueden transmitir a la leche porque no se absorben. “Las madres desnutridas no pueden dar el pecho”. Falso. Las madres desnutridas son capaces de amamantar. Necesitan alimentos adicionales, líquidos y apoyo para amamantar frecuentemente. Se debe alimentar a la madre y que ella dé el pecho al bebé. “El estrés impide que la madre produzca leche”. Falso. Puede interferir temporalmente con el flujo de salida de la leche, no con la producción, que depende de la succión frecuente. Se debe procurar un ambiente tranquilo para la madre. “Si el bebé tiene diarrea, no hay que darle pecho”. Falso. La leche materna ayuda al bebé a recuperarse de la diarrea, lo hidrata y lo nutre. “No se puede dar el pecho una vez que se ha interrumpido la lactancia”. Falso. Una madre que ha dejado de dar el pecho puede volver a hacerlo, con el apoyo necesario. “La leche de los primeros días debe desecharse porque le hace daño al bebé”. Falso. El calostro es importante para el bebé, ya que lo defiende de las infecciones y tiene efecto laxante, facilitando la eliminación del meconio y disminuyendo la ictericia. “Jugos y otras bebidas o alimentos ayudan a madurar el estómago del bebé los primeros meses”. Falso. La leche materna es todo lo que el bebé necesita los primeros 6 meses. La introducción de otros alimentos puede causar problemas al bebé y disminuir la producción de leche en la madre. “Las relaciones sexuales pueden dañar la leche materna”. Falso. La pareja puede reanudar su vida sexual cuando la mujer se haya recuperado del parto y ambos lo deseen. Existirá el riesgo de un nuevo embarazo si no se cumplen las condiciones del MELA, pero la leche no se afectará. MELA: el Método de la Amenorrea de la Lactancia (MELA) es un método anticonceptivo natural que se basa en la lactancia materna exclusiva y la ausencia de menstruación. “La lactancia materna hace que los pechos pierdan firmeza y se caigan”. Falso. Los pechos se van ablandando poco a poco, pierden firmeza porque pierden elasticidad con el paso del tiempo y no están con la glándula mamaria, que es la encargada de producir leche. “Ciertos líquidos, alimentos o hierbas aumentan la producción de leche”. Falso. La mayoría de los efectos de las hierbas sobre la producción de la leche materna no se han estudiado científicamente. Algunas pueden tener solo un efecto psicológico en la mujer. Hay riesgo de que el exceso de una sustancia pueda producir efectos indeseados. Otras veces no le agradan a la madre y las toma sacrificándose innecesariamente. La succión frecuente es la mejor manera de aumentar la producción de leche.