Hidratación y alimentos de fácil digestión en días calurosos

La ingesta recomendable para mantener la hidratación es de 2 a 3 litros de agua diarios.

Se recuerda a la ciudadanía la importancia de hidratarse para contrarrestar el calor en esta época donde predominan las altas temperaturas. Lo recomendable es ingerir agua en cantidad suficiente, a fin de mantener la hidratación corporal. Se aconseja no beber demasiada agua de una sola vez –no más de 500 cc-, sino distribuir la ingesta a lo largo del día en vasos de agua 250 o 300 CC hasta llegar a los 2 o 3 litros diarios. Tampoco se aconseja tomar el agua muy fría.

La capacidad del estómago para ingerir líquido es de medio litro (500 cc). “Si se sobrepasa esta medida, lo que se logra es ensanchar el estómago, esto genera la demanda de un mayor consumo de alimentos para lograr la saciedad”, expone el Doctor José Ortellado, Director del Programa Nacional de Prevención Cardiovascular del Ministerio de Salud Pública.

Otro aspecto a tener en cuenta en estos días de mucho calor es la alimentación. Consumir alimentos frescos y livianos, de fácil digestión, a base de frutas y verduras frescas y con bajo contenido de sal, ya que una ingesta excesiva de este mineral puede favorecer el incremento de presión arterial y contribuir a la retención de líquidos en el cuerpo, provocando que la persona se hinche.

Se indica, además, la práctica regular de ejercicios o deportes. Si la práctica se concretará al aire libre, evitar horarios pico –entre las 10 y 17 horas-. Cuando se realiza una actividad física puede producirse un aumento de la temperatura corporal y sufrir un golpe de calor, por lo que es fundamental consumir cantidades suficientes de agua antes, durante y después de la actividad.

Durante la actividad física es necesario tomarse intervalos de descanso para hidratarse y retomar fuerzas. Esto debe efectuarse cada 20 minutos en promedio, según indicó el profesional.

Cuando se realiza una actividad física puede producirse un aumento de la temperatura corporal y sufrir un golpe de calor, por lo que es fundamental consumir cantidades suficientes de agua antes, durante y después de la actividad física.